martes, 21 de diciembre de 2010

New born

Hoy lo he sentido.
He sentido miles de impulsos eléctricos recorrer mis venas y desembocar en mis extremidades. He sentido montones de llamativas luces parpadeando ante mis ojos a una velocidad que no creeríais. He sentido palpitar mi corazón al ritmo de las notas de un solo de guitarra. He sentido los sonidos más bellos y extraños que podáis imaginar. Mis pies han tenido la oportunidad de recorrer los paisajes más recónditos de este mundo. Mi paladar ha viajado por un mundo de sabores increíblemente delicioso.
[Tic, tac]
Pero el tiempo no perdona ni un solo segundo que usamos en dar un paso. Es por eso que nos tenemos que dar prisa en prepararlo todo para la recta final, hasta último hálito. Es el impulso que se coge en un salto, y cuando estás en el aire te quedas ahí, suspendido a varios metros del suelo. Es volar más rápido, tan rápido que ni te das cuenta. Es ser más veloz que la luz, más brillante que el sol, más grande que la vía láctea. Es sentirse especial con una mirada, un gesto, un roce. Una risa pícara entre una sonrisa sencilla. Unos ojos suplicantes de deseo tras una cortina de miradas tímidas. Escondida entre charcos de inocencia guarda cuidadosamente su lujuria el alma. Pero alguien desató el nudo, fregó el suelo, limpió la superficie de pretensiones. Ahora solo queda verdad en estado puro. Brillante mineral al descubierto.
[Tic, tac]
Una última mirada al reloj antes de partir. Una última mirada en el espejo para comprobar cuán rápido envejeces. Y tus pies se posan en el mundo exterior, lleno de escondrijos y ocultaciones. El sudor despistado cae sobre tu frente limpia y seca. Tus ojos se sienten cansados, nublados, la vista te falla. Sigues respirando cada vez más rápido. Ya no miras el paisaje, ya no ves a las personas, ya no observas el ambiente. Sístole, tus ojos buscan desesperados el nuevo destino material al que agarrarse con tu corazón superficial. Diástole, lo encuentras y lo atrapas con unas manos ansiosas, las garras del cerebro te perturban. Tus pupilas dilatadas pueden sentir en libido que les provoca su nueva presa, víctima fácil y eficaz. Esclavo del materialismo, la libertad no se ve más allá de tus posesiones. Rompe las cadenas, agujerea la pared, destruye los barrotes. Huye o será demasiado tarde...
[Tic tac]
Tus piernas te quitaron la libertad que poseías, todas tus cosas materiales no te sirven ahora de ayuda. Tu llanto es un continuo lamento suplicante. Pretendes recuperar aquello que no supiste conservar. Un triste lecho es tu compañía más cálida. La materia se derrite a tu alrededor, su poseedor ahora está cubriéndose en la miseria. La más oscura de las tinieblas te espera ansiosa en su negro vehículo. Te están vigilando, no puedes esconderte. No puedes ocultar tu último aliento.
(Se escucha un suspiro)
La explosión más silenciosa que ha tenido lugar nunca jamás. El trueno más sigiloso que se haya podido escuchar. Nadie ve, nadie oye, nadie siente. El reloj sigue contando las horas...
[Tic, tac]