martes, 31 de agosto de 2010

El miedo es una mala compañía...

Bueno, supongo que estos días atrás no he escrito nada porque no me venía lo que nosotros llamamos “inspiración”. Todos sabemos bien lo que es, así que no me pondré a explicarlo, solo deciros, que lo siento. De todos modos, estos días no me encuentro muy bien... ¿Conocéis esa sensación de cansancio físico y mental? Esa sensación te lo quita todo, hasta las ganas de vivir, pero lo primero que te quita es la ilusión. Seguramente os habréis dado cuenta de que muchas veces, estáis ansiosos por ver qué pasa mañana o por ver que os dirá él o ella. Lo sé porque yo también he vivido eso. He vivido la angustia que se siente cuando le dices te quiero a alguien que no sabes si es correspondido, he vivido el miedo a que te abandonen y te dejen completamente sola, pero también he vivido las mariposas en el estómago cuando besas por primera vez o la decepción cuando te das cuenta de que haces algo mal. Sé lo que es sentirse mal cuando haces algo que quieres arreglar y no puedes. Yo también he llorado por gente a la que quería, yo también me he sentido sola más de una vez. Pero, ¿sabéis qué? Cuando lloramos y nos sentimos mal, cuando queremos escondernos del mundo en un agujero negro, cuando nos sentimos solos, cuando queremos morirnos, creemos que no tenemos a nadie, que nadie nos quiere, digo creemos porque siempre hay alguien que está ahí, dándote su mano. Pero de nosotros depende verla o no. De nosotros depende aceptar esa ayuda. Hay veces en que nos convencemos de que no hay nada, porque no queremos ver lo que hay frente a nosotros, pero pienso que eso es miedo, miedo a volver a salir y a volver a fracasar... Lo que no sabemos o no nos damos cuenta es de que este mundo está plagado de personas fracasadas. Todos los humanos que existen son unos fracasados a veces. Todos hemos sido inútiles alguna vez, pero eso no quiere decir, que no lo podamos intentar una vez más. Ser inútil una vez no significa serlo siempre, no significa que no debamos volver a levantarnos, es todo lo contrario, es precisamente para que volváis a hacerlo, para llenaros de valor, para que no tengáis tanto miedo. Y es que... yo sé, que pasaran miles y miles de años y que la raza humana cambiará y seguirá otras modas, pero hay algo que nunca va a cambiar y es que... mientras los humanos sigamos dominados por el miedo nunca vamos a sentirnos llenos, nunca vamos a saber seguir adelante. Yo soy la primera que lo admite, he sido presa del miedo muchísimas veces en mi vida, incluso cuando no tenía que tenerlo. Por eso, no os voy a decir que no tengáis miedo, porque el miedo a veces es buen consejero, pero lo que sí os digo es que no os privéis de nada por miedo. No os calléis por miedo nada que sintáis, sed valientes. Vuestro corazón lo agradecerá. Porque... el miedo es cosa del cerebro, y el cerebro y el corazón a veces no son buenos amigos. A veces os encontraréis confusos cuando vayáis a tomar una decisión, normalmente, hacemos caso al cerebro, pero nunca a nuestro corazón, ¿por qué? ¿miedo? Es por eso que quiero convenceros de que hagáis lo que deseáis sin miedo, y siempre escuchad a vuestro corazón, siempre tendrá algo que deciros que tal vez os sorprenda o tal vez no, pero ante todo, escuchadlo. No lo ignoréis, lo necesitaréis siempre, en toda vuestra vida, así que no le falléis. Por último, me gustaría deciros que hagáis siempre las cosas espontáneas, porque si pensáis no haréis una buena elección, no tomaréis buenas decisiones, pero atentos a un dato, me refiero a decisiones que se deben tomar con el corazón no con el cerebro, es decir, no me refiero a una pregunta de examen o a una entrevista de trabajo. En vuestra vida sois vosotros los que decidís cuando es el cerebro y cuando es el corazón. Vosotros decidís si pensáis o no. Sed inteligentes a veces y otras sed completamente tontos. Lo que no debéis dudar nunca es ser sinceros. Ante todo la verdad, aunque duela... La verdad es lo más importante y valioso que tiene el ser humano, así que sabed apreciarlo. No seáis mentirosos nunca, con nadie, ni siquiera con quien odiáis. La verdad siempre tiene que estar en vuestros ojos, siempre. Que no se os olvide nunca. Sed completamente sinceros y la vida os dará recompensas.
Nuria Ryden Ross Fletcher

sábado, 28 de agosto de 2010

Sintiendome peor a cada minuto que pasa...

Hace poco he tenido que efectuar una elección. Una elección dura y horrible, muy horrible. Había dos flores en el jardín. Dos flores, bellas como ningunas otras. Y cada una preciosa a su manera. Una podía ser tan blanca que irradiaba luz por ella misma y la otra podía ser tan brillante como para iluminar todo el cielo ella solita. Una de ellas, nació antes y no había ninguna otra que la pudiera sustituir, la besé y fue mi compañía mi ser, mi todo, la amaba por encima de todo, más que a nadie. Pero surgió otra... Otra flor, más nueva quizá, la novedad del jardín supongo. Dejé la preciosa flor primeriza  y me acerqué a la otra, era también muy bonita, quizás me atrajo y la quise besar también. Lo hice, dejé la otra flor descansando allá en el otro extremo. Y cuando volví para verla me dí cuenta de que se había marchitado, de que yo había acabado con ella. Y ahora, me sentía culpable, quería arreglar lo que destrocé y ya no puedo. Solo me queda cuidar de la nueva flor, todo lo bien que pueda. Aunque en el fondo desee morir. Pero también me importa la felicidad de la nueva florecilla... La acariciaré hasta gastarme... Aunque eche de menos mi preciosa rosa primeriza..

martes, 24 de agosto de 2010

Que deprimente...

Hoy he pintado mi habitación, no parece nada interesante, pero estaba pensando lo siguiente.
Mi habitación en un principio era rosa clarito (desde hace años, la verdad) y la he pintado de verde aguamarina. Mientras la pintaba, me daba cuenta de que poco a poco estaba tapando el rosa, cada vez más y más, hasta quedarse en la nada. Es como si yo misma me traicionara porque el rosa siempre me acompañó en mi vida, la verdad es que me encantaba ese color (ya no tanto) y ahora es como si lo quisiera olvidar. Como si quisiera borrar parte de mis recuerdos, de mi vida. No es solo el color de la pintura, es cada uno de los arañazos, agujeros y pintadas en ella. Imaginemos por un momento que no es una habitación, ni la pintura que tiene. ¿Y si fueran personas? ¿Y si fueran personas que estuvieron en mi vida? ¿Olvido a todos lentamente? Supongo que a veces las cosas tienen un final trágico, pero suena tan deprimente olvidarlos a todos. Como si fueran la nada, como si nunca hubieran existido, como si fueran la pintura que se tapa de una habitación...

Esto va dedicado a una persona muy especial (:

Se extendía ante mí un hermoso prado de hierba perfectamente tintada de verde, había árboles por todos lados y a la derecha un río de aguas limpias y transparentes. Frente a mí se extendía un escenario con decorados de color plateado. Sobre él tocaba un grupo muy conocido, y además una de sus canciones más famosas. Estaba disfrutando del concierto, cuando pude notar que no estaba sola. A mi izquierda estaba ella, me miraba tiernamente con sus delicados ojos color canela. Su pelo era casi rubio a la tenue luz del sol y su piel, apenas visible, era blanca como la nieve, convertida en un dorado brillante escondido detrás de cada rayo de sol. Sonreía detrás de unos aparatos, hasta el momento nunca me pareció una sonrisa tan bella y tan pura. Su naricita me pareció tan mona y tan perfecta que por un momento me paré a pensar si era un ángel, todo el conjunto era tan perfecto como el de uno, pero yo sabía que no lo era, que estaba en la realidad, en mi realidad. Vivía mi día a día, sentía mis alegrías, mis penas, siempre me comprendió, y allí estaba, junto a mí, como siempre lo estuvo, como ella prometió. Sonriente como nunca, se notaba que se deshizo del miedo y que no importaba en ese momento nada más, solo ella y yo. Ella y yo. El escenario se desvaneció y desapareció entre la oscuridad de unos árboles, convirtiéndose en la nada. Yo seguía allí sentada, en la hierba dorada debido a los reflejos del sol. Ella se tumbó sobre esa hierba y tiró de mí hasta que me caí a su lado. Entonces unos aspersores empezaron a echar agua y nos mojamos enteras, la brisa y el agua estropearon nuestros cabellos y estábamos despeinadas, probablemente teníamos un aspecto tan gracioso que empezamos a reírnos sin parar. Eran de esas carcajadas que nunca olvidas, porque te lo pasas bien de verdad y estaba con ella, con mi regalo más especial. Supongo que era mi momento, el momento para ser feliz, de no preocuparse por nada ni nadie. Solo ella y yo. Nos levantamos y notamos la ligera brisa veraniega que cubría hasta la más escondida hoja de los altos árboles. Recuerdo que me caí y que me hice daño, pero ella me cogió de la mano y me ayudó a levantarme, como siempre hacía. Era todo tan real, tan sincero. Entre ella y yo fluía un sentimiento, algo más que lo que se tienen entre conocidos, amigos, o incluso hermanos. Era un sentimiento especial, nuestro sentimiento, sencillamente perfecto. Siento que la quiero muchísimo, que si fuera un chico, sería mi pareja perfecta, pero ya que es una chica simplemente es mi tesoro más preciado, ella es mi mejor joya, la más valiosa. Y luego, cuando anocheció, vimos la puesta de sol juntas y después contamos cada una de las estrellas que cubrían el azul cielo. Juntas vimos anochecer y juntas vimos amanecer. Juntas...

lunes, 23 de agosto de 2010

Esto me lo he inventado...

Cuando abrí mis ojos, me deslumbraron dos luceros verdes y amarillos, tan grandes y brillantes como el espacio que reservaba en mi corazón para él. Me miraba con una mirada sincera, llena de ternura y cariño. Me desvié un momento de sus ojos para ver dónde me encontraba, estaba en una habitación, pero no era una habitación cualquiera, las paredes eran de un cristal blanco, puro y muy transparente, había solamente dos sillas, también de cristal, pero esta vez de un brillante púrpura acristalado. Yo estaba sentada en una silla y él en la otra, frente a mí. A nuestra derecha se extendía un amplio ventanal, pero demasiado alto como para que yo pudiera ver las vistas desde mi posición. No sabía dónde estaba pero este lugar me resultaba tan familiar y tan cómodo que era como sentirse en casa. Volví a mirarle, observarle era como sentirse en la plenitud, como sentirse totalmente llena. Se me escapó una sonrisa sin querer y él respondió a ella con una de sus risitas que tanto me enloquecían. Sus ojos eran mi perdición, mi locura... eran de ese color amarillo verdoso con destellos castaños que me hacía imaginarme un mundo tras ellos, un mundo tan mágico, tan perfecto, donde nadie pudiera decirnos nada para que no estuviéramos juntos. Levantó la mano y me acarició el pelo hasta dejarme un suave y tímido beso en la coronilla. Bajó la mano, pero su cara se quedó en el mismo sitio, tan cerca que podía notar su aliento en mi piel provocando un cosquilleo. Me miraba fijamente, sin apartar la mirada ni un solo momento. Se acercó un poco más y sus labios se entrechocaron con los míos, buscando desesperados una respuesta por mi parte. No le decepcioné. Entrelacé mi mano derecha a sus cabellos negros y lo acerqué hacia mí, tirando de su camiseta. Aparté mis labios de los suyos y nos fundimos en un tierno abrazo que pareció durar horas y horas. Después se levantó y me mostró su mano para tomarla y que me levantase de la silla. Cuando me levanté me percaté de que el suelo era de hielo y de que hacía mucho más frío del que pensaba. Empecé a temblar de frío y él me agarró fuerte de la cintura, para transmitirme calor, su calor. Nos acercamos a la ventana. El paisaje era totalmente escalofriante. Todo estaba cubierto de blanco hielo y había personas que estaban congeladas. Destacaban dos bloques de hielo, pude distinguirla a ella, congelada, y también al otro chico, de pelo castaño y revuelto. Se me deslizó una lágrima sobre la mejilla, la lágrima se cristalizó y pasó a ser hielo. Él me miró y pasó la yema de sus dedos por mi lágrima convirtiéndola de nuevo en líquido transparente y después secándola.
-No te preocupes, no tengas miedo, estoy yo aquí contigo, no te voy a dejar sola nunca.
Le miré y de nuevo noté su respiración en mi cuello, posando sus labios en él. Mi piel se erizó a su paso. Levantó un poco la cabeza y yo le besé la mejilla helada, giró un poco más el cuello y pasé a besarle los labios de nuevo. Estaba encerrada en mi paraíso particular pero por alguna razón no dejaba de pensar en el otro chico, el que estaba hecho un bloque de hielo, el de pelo castaño y revuelto. Me interrumpió un estruendoso ruido, el de hielo rompiéndose. El chico congelado había logrado salir de su prisión helada y miraba furioso hacia nuestra ventana. Le miraba a él. Con odio, con superioridad. Se acercó y empezó a insultarle. Él se alejó de mí para darle un puñetazo en el ojo al chico helado. Yo volvía a temblar de frío, pero esta vez nadie me apretó contra su cuerpo, mis manos se volvieron más y más frías hasta estar duras y blancas, me estaba congelando y ellos estaban peleándose sin percatarse de mi presencia. Supongo que perdí la conciencia, que el hielo enfrió mi corazón y que pasé a ser otro de los muchos bloques de hielo que allí había. La única imagen que reservo es la de ellos, tan hermosos incluso estando en un momento de enfado, y sus rostros, helados, blancos, pero sencillamente perfectos...
Al rato abrí los ojos, estaba descongelada de nuevo. De nuevo mi corazón latía, aunque a una velocidad demasiado alta. Alguien me daba su calor. Yo estaba tumbada de lado en el frío suelo medio descongelado y alguien me abrazada a mis espaldas. No era el calor de él, era otro calor, el de otra persona. Me giré y pude saber quien era. Era el chico de cabello castaño, el helado, nunca antes me pareció tan bello, pero verlo de cerca me aturdía. Abrí la boca para decirle algo, pero me posó su dedo sobre mis labios para que callase.
-Tu silencio es lo más valioso ahora mismo, por favor, no lo estropees.
Callé y me quedé mirándole... Mirándole, hasta que el amanecer llegase, hasta que anocheciese de nuevo, a su lado...
Nuria Ryden Ross Fletcher

domingo, 22 de agosto de 2010

Una red de caminos...

Supongo que me equivoqué, quizás tomé decisiones demasiado a la ligera y cometí un error. Pero todo el mundo se equivoca, ¿verdad? Quizás deba cambiar un poco mi forma de ser. Quiero intentarlo, quiero que sean nuevos tiempos, cambios, pero yo sola no puedo, lo malo es que nadie quiere ni puede ayudarme. ¿Lo tengo que hacer yo sola? Al menos esta vez será diferente porque no tengo miedo, y podré caminar sin tener miedo todo el rato en la larga trayectoria que me espera. Sé que al final de cada camino está la llave, solo queda saber en qué puerta encaja y abrir esa puerta. Esperando que tras ella se abra un nuevo camino, lleno de cambios, de incertidumbres, pero eso sí, nada de miedo. ¿Sabéis? Siempre he pensado que la vida se asemeja a una red de caminos, tú estas en tu camino, escoges según crees que es lo mejor. Unas veces te encontrarás con lo que querías y serás feliz, otras veces te das cuenta de que te equivocaste de camino, pero eso se puede arreglar en el siguiente desvío y no debes preocuparte. Yo me equivoqué y en vez de buscar solución me quedé sentada en el camino equivocado. Así que esta vez si me equivoco sabré seguir caminando hasta encontrar la solución. En fin, eso es lo que quería deciros. Debéis tener valentía y no pasar miedo, seguir adelante. !Suerte¡
Nuria Ryden Ross Fletcher

sábado, 21 de agosto de 2010

Después viene la calma...

Sé que antes he parecido un pelín depresiva, sí, lo estaba. Pero en fin, me disculpo y quiero confesaros que me he animado un poco con esta canción, escuchadla con la traducción. Es sencillamente una de las mejores que he escuchado...
http://www.youtube.com/watch?v=AaEzkIyBVRY
Disfrutad (:
Nuria Ryden Ross Fletcher

Así es como me siento hoy...

Hoy estoy en uno de esos momentos en que ya no puedes tirar más con tu vida y prefieres mandarlos a todos a la mierda o bien mandarte tú mismo a ella. Y es que no entiendo el porqué de todo lo que está pasando. Unos se marchan y descubres extrañas conexiones que no quieres saber de donde vienen. Os seré sincera, hoy es de esos días en los que me suicidaría, porque sinceramente parece que no me queda ya nada por lo que vivir. Pero no lo haré claramente porque prefiero esperar, tal vez vuelva a ser feliz, pero si el dolor se apodera de mí para siempre, acabaré con él por medio del suicidio. No es lo mejor, ni sensato siquiera, pero ¿qué más da? A nadie le importa y a mí tampoco. No creáis que tomo decisiones espóntáneas, es que no parece que a nadie le importe lo más mínimo. Dicen cosas que me hacen daño, me clavan puñales y sinceramente prefiero no sufrir más. Sé que esto parece un confesionario, por así decirlo, pero es que necesito una vía de escape a lo que siento, aún así que sepáis que me callo muchas cosas. Solo os cuento lo superficial. Pero me quedo algo mejor. Bueno, centrándome en el tema, como os iba diciendo estoy harta de todo. De llorar siempre por los mismos/as. Porque siempre son los mismos los que me hacen ese daño. Es daño psicológico, no penséis en lo físico en ningún momento, eso tenedlo por seguro. Pero siempre he pensado que el dolor psicológico duele más que el físico. Si sabéis de lo que hablo me entenderéis y si no lo sabéis, algún día lo veréis con vuestros propios ojos. Supongo que por desgracia todos vivimos esta sensación alguna vez. Simplmente a unos les duele más y a otros menos. Unos siguen adelante y otros se ahogan. Y así es la historia de la vida del ser humano. Nos espera esto, chicos. Pero no os pongáis tristes ni os decepcionéis, porque algunas veces merecerá la pena (y mucho) pero otras veces sufriréis quizá por lo mismo que lo que os hizo feliz en otra ocasión. Pensad por ejemplo en un campo. Sí, un prado, con la hierba perfectamente tintada en un color verde y con flores, flores de todos los colores, amarillas, rosas, azules, etc.. Pues bien, esa es nuestra vida, se trata de cuidar las flores lo mejor que puedas. Unos no saben y pierden algunas flores en el intento pero al final aprenden y se les da genial, otros no tienen ni un fallo ni lo tendrán, seguirán con su prado perfecto. Y luego están otros que no saben y que lo intentan y al final, les cuesta tanto que prefieren dejarlo que se pudra. Pensad que el prado es el corazón y cada una de las flores es cada una de esas personas que está contigo. Pues bien mi vida más bien es el tercero. He de decir que a veces nace una solitaria florecilla pero cuando ve que esta sola huye de ese prado, muriendo. No sé si con este sencillo ejemplo entendéis lo que siento. Espero que así sea, y sino lo siento, no creo que lo pueda explicar mejor. Bueno, con esto me despido, siento haber escrito una entrada tan "depresiva" pero era lo que hoy necesitaba. Hasta la próxima.
Nuria Ryden Ross Fletcher

viernes, 20 de agosto de 2010

Vivo en una película...

Me pregunto si todos vivimos en una constante repetición, si todo lo que hacemos lo haremos de nuevo, si todo lo que sentimos lo sentiremos de nuevo. Es que me siento como si viviese en una maldita película que cuando acaba vuelve a empezar. Entonces, ¿Qué me espera? ¿Ser feliz, deprimirme, volver a ser feliz y volver a deprimirme? Por eso últimamente estaba pensando en buscar alguna forma de darle a "stop". Porque yo, sinceramente, no quiero vivir en una repetición, acaba cansando a cualquiera. Y lo sé porque con todos mis amigos pasó lo mismo, y temo ahora que pase igual y vuelva a sentir el mismo dolor, derrame las mismas lágrimas y todo sea igual. La única diferencia es porque ahora esta él, ya sabéis a que me refiero, supongo... Pero, siendo la única novedad, ¿Me tocará lo mismo que con todos? De repente no me hablará, como pasó con los demás. Y es que me doy cuenta que aún a pesar de que se olviden de mí, yo les sigo queriendo. ¿Que me espera, vivir así? La verdad que esta vida me cansa un poco. Me doy cuenta de que cuando estoy feliz, los demás están tristes y cuando yo estoy triste los demás estan felices. Y cuando estoy feliz, siempre hay algo que me estrpopea esa felicidad durante el día. Y así casi siempre estoy deprimida, a veces sin razón, supongo que la costumbre... Os contaré una cosa que solamente una persona la sabe, y es que hablo conmigo misma... Creeréis que estoy loca, pero no, lo digo en serio... Cuando me siento frente a un espejo supongo que al verme reflejada es como si hablara con otra persona, pero escucho la voz, mi voz, hablándome y muchas veces he sabido que hacer en cada momento gracias a eso. Pero últimamente lo intentaba y no servía de nada, supongo que conforme voy avanzando en esta "película", el tiempo la va corrompiendo hasta que ya apenas funcionará y supongo que costará más trabajo aún superar cada escaloncito. He de reconocer que más de una vez pensé en el suicidio en una de esas épocas de dolor, pero ahora creo que aunque mi vida se pueda convertir en una pesadilla, siempre hay algo que merece la pena y aunque no lo hubiera, prefiero no quitarme la vida. Siempre merece la pena estar atenta a lo que pueda pasar, ¿no creeis? Además, muchas veces queremos morir y acabar con nuestra vida por personas que nos joden, ¿Por qué irnos si les podemos joder nosotros? Bueno, os dejo con eso rondando en la cabeza. Porque supongo que alguno pensará eso. Otros no, pero alguna vez lo pensaréis y notaréis esa sensación. Para entonces, pensad que no merece la pena, ¿vale?
Nuria Ryden Ross Fletcher

jueves, 19 de agosto de 2010

Sed vosotros mismos y no dejéis que nadie os desprecie.

Hoy me he sentido de todas las maneras posibles que hay. He estado feliz, confusa, triste, deprimida, etc.. He sentido el dolor y la comodidad. La  timidez y también la locura. Después de todo, supongo que todas las sensaciones se fijan en un solo punto, y a veces provienen del mismo sitio todas. Con esto me quiero referir por ejemplo a que con una persona podemos sentir odio o amor. O a veces las dos cosas a la vez o en tiempos distintos. Puede que tengamos un amigo/a al que queramos mucho y al día siguiente nos hace una jugada y empezamos a odiarle, pero aún así nos queda algo de ese amor que le tuvimos en su día. A mí me ha pasado, y ya más de una vez, que quieres mucho a una persona, ya sea tu amigo o tu pareja, y esa persona te falla o te hace daño constantemente, y aunque eso ya esta mal, lo peor es arrastrarse y quererles tanto que sigues ahí a pesar de todo. Si haces eso acabas destruido psicológicamente. Acabas por darte cuenta de que en verdad no te quieren como tú a ellos, por esto os digo que mejor no confiar en todo el mundo, ni ir detrás de nadie y mucho menos depender de esa persona. Os lo digo por experiencia, porque cuando pasa eso y te das cuenta de todo te dan ganas de morir y esa no es una sensación fácil de quitar. Solamente pensad un poco en vosotros de vez en cuando y no dejéis que nadie juegue con vuestros sentimientos. Haceros daño no os conviene. A esas personas que os fallan es mejor cortar por lo sano la relación, aunque duela. Yo sé que puede haber personas ahora mismo que me lean y piensen, "no es tan fácil" o "pero si es que yo sin él/ella no soy nada". Vale, a mí también me pasó eso e hice un esfuerzo. Haced lo mismo vosotros. Bueno, acabo ya, porque esto parece un blog educativo y no quería que lo fuese. Prometo que la próxima entrada será mejor.
Nuria Ryden Ross Fletcher

Odio las presentaciones...

Bueno, como bien dice el título, odio las presentaciones. Aunque siempre viene bien conocerse antes de nada. En este blog, pienso explicar un poco la forma de ser de la gente y sus actuaciones ante los problemas e incluso, a veces, mis opiniones propias sobre esas personas. Ante todo, no soy una de esas que solo quiere criticar a los demás, por el simple hecho de que yo no soy así. Solo quiero haceros visualizar la vida como la suelo ver yo día a día. Quiero que cuando me leáis imaginéis lo que siento en cada momento. Creo que en ese aspecto sé explicarme bastante bien, así que espero no tener problemas. También quiero que veáis la manera en la que el tiempo desaparece algunas veces y otras, cuentas cada segundo. En fin, solo me queda una cosa más que añadir y es que si veis que no os interesa, simplemente pasad del tema sin dejar estupideces en comentarios, porque sinceramente, no me importa lo que me podáis decir para insultarme. Así que perdéis el tiempo. A los demás, espero que os guste.
Nuria Ryden Ross Fletcher.